domingo, 25 de enero de 2015

Cómo elegir una caña de bambú

  Hay un resurgir  de las cañas de bambú como paradigma de la pesca a mosca. A la vez se están convirtiendo en un goloso deseo de coleccionistas. En general de todo lo “vintage”, quizás influido por  el exceso tecnológico al que estamos sometidos por los fabricantes de grafito, carretes y líneas, año tras año. No hay verano o feria en USA, líder con respecto a Europa del marketing indirecto,  con el que no nos sorprendan con una caña más rápida, más ligera, súper especializada en ninfa, o de longitudes extremas para la pesca al hilo. Ahora hay mucho interés en conocer el funcionamiento del bambú y su mecánica, su artesanía y su labor.


  Cada semana respondo  a bastantes preguntas de pescadores a mosca, muchos españoles y algunos de allende los mares,  que les gustaría acceder a la esencia del bambú pero tienen miedo de caer al vacío. Y con el precio de las cañas de grafito de última generación  subiendo y subiendo cada año, una buena caña de bambú ya no es tan difícil de alcanzar por algunos bolsillos y comienza a ser abordable para muchos presupuestos. Bastantes de estos mosqueros sienten que este tipo de cañas son elegantes y únicas, maravillosamente eficaces en acción de pesca, y un objeto de deseo para llevar al río. Pero tienen dudas, no saben cómo acceder a este mundo del bambú, en parte por desconocimiento y muchas veces por temor a ser engañados. Es un paso responsable por el nivel de inversión, que curiosamente, con el grafito, no tomamos.


  Por todo ello, pensé que era el momento de publicar una ayuda para aquellos que estén pensando comprar su primera caña de bambú. Este escrito no pretende ser un completo “cómo hacerlo”, sino más bien una baliza que muestre la dirección correcta cuando se empieza uno a preguntar “¿Qué caña de bambú debería comprar?” y no queramos desviarnos del camino.


  Lo primero que debes hacer es no tener en cuenta los mitos y estereotipos que has oído sobre las cañas de bambú. No todas son de acción lenta, ni son tan frágiles para poderse romper fácilmente. Recuerda que hubo un tiempo en el que todas las cañas de pescar a mosca se hacían de bambú, y que muchas de ellas todavía se están utilizando en acción de pesca. El bambú, gramo a gramo y centímetro a centímetro, es más fuerte que el acero y que el grafito y una caña bien cuidada, nos puede durar varias generaciones. En Asia, el bambú se utiliza en vigas, columnas y andamios en los edificios. Un ejemplo de su dureza.


  Considero que aprender un poco de la historias de las cañas de bambú pueden ser útil. La curiosidad nos amplia el conocimiento. Os diré que la edad de oro de las cañas de mosca de bambú duró de 1927 a 1970 mas o menos, y que los nombres de todos los montadores artesanos de esta época surgen en todas las conversaciones que haya sobre cañas de bambú. Sea por sus acciones, técnicas de construcción o por los modelos que crearon, de la misma manera que hoy hablamos de Winston, Sage, Scott o Hardy como creadores de diferentes estilos, calidades, valores o funcionamiento, en el mundo del bambú te tendrás que familiarizar con nombres históricos como Leonard, Payme, Dickerson, Young, Edwards, Granger y Heddon. O con fabricantes de hoy en día como Glenn Bracket, Mike D. Clark, Tom Morgan, Oyster, Edward Barner o Christian Strixner Ninguno es mejor que el otro. Les diferencia la distinta filosofía de enfrentarse ante la misma tarea: hacer una caña perfecta.


  Las cañas de hoy en día se hacen de un bambú llamado Tonkin, que proviene de unos valles montañosos al noroeste de China. Es el mejor bambú por tener una relación dureza/flexibilidad extraordinaria. Es una caña poco cónica, bastante cilíndrica, con nudos poco marcados y con una tonalidad de color amarillento verdoso. Es un bambú fibroso y resistente, Crecen en unos valles donde el viento las mueve y modela desde que nacen. Esa es una de las razones de su aguante a cargas, presiones  y curvaturas extremas. Por lo tanto, cuando adquieras una caña de bambú, asegúrate de que es Tonkin.


  Piensa en lo que quieres que haga tu caña de bambú. ¿Buscas una caña “esmoquin”? Es decir, quieres una caña de exposición para sacarla dos o tres veces por temporada del coche y hacer alarde de pedigrí y estatus, o quieres algo sólido y seguro como una caña de 8 pies y línea 5 con la cual puedas pescar todos los días de la temporada? Las cañas de bambú vienen en diferentes longitudes y números de línea, como las cañas de grafito y son tan eficaces o más para las tareas y acciones de pesca que nos surgen en cada salida de pesca. Es verdad que son algo más pesadas que el grafito cuando se las compara en una báscula, pero una vez puesto un carrete que equilibre la caña  a nuestro gusto, y cuando comenzamos a lanzar, nos damos cuenta que la sensación de peso es bastante menor, y tiende a desaparecer a la tercera o cuarta posada. Son cañas globales de pesca, no especializadas en ciertas técnicas de pesca. Para pescar al hilo con ninfa, la caña de bambú no es el  instrumento más eficiente aunque con cierta pericia y disciplina, mostrará su eficacia comparado con un grafito de 10’.   Son instrumentos para pescar a seca, emergente o ninfa, sea cual sea su longitud, con un excelente manejo de hilos de 8 o 10 centésimas, sin inmutarse ante farios de cierto calibre. Por lo tanto, reflexiona dónde pescarás con ella, río grande o chico, y en qué entorno la vas a utilizar. Con esta decisión pasaríamos a la siguiente fase: el modelo y acción.


  A diferencia del grafito, un montador artesano habilidoso será capaz  de dar a su cliente una caña ajustada a su particular forma de lanzar o estilo de pesca. Os aseguro que podéis encontrar una caña de bambú que se ajuste perfectamente a vuestras necesidades. Y es que el bambú es con el único material que se puede crear todos los tipos de perfiles y acciones.  Yo pesco con cañas de 7’6”, de 8’ y de 8’6”, de líneas #4 y#5. Pero algunas veces lanzo líneas #3 con estas mismas cañas, en ríos anchos y abiertos, donde los lances son amplios, o en ríos pequeños o calcáreos donde la fineza es un requisito. Y es que el material “bambú” facilita la carga de las cañas sea cual sea la cantidad de línea fuera de las anillas. Tenerlo en cuenta vuestras preferencias, recapacitar y ponerlas en una lista, porque tendréis que explicárselo al fabricante de vuestra caña en el momento oportuno.


  Sería aconsejable poder salir, lanzar y pescar distintos tipos de cañas de bambú. Sin embargo es algo complicado en España, porque hay muy pocas cañas de bambú disponibles entre los pescadores y es muy difícil encontrar pescadores en las orillas de nuestros ríos con una de ellas. A la orilla del río, me gusta hilar la hebra e intercambiar ideas y opiniones con otros paisanos, cosa que me enriquece como pescador y como persona. Doy muchas moscas, al menos aquellas  con las que tengo capturas durante la jornada, y siempre ofrezco que lancen un rato con mi caña de bambú para que tengan sensaciones diferentes y puedan notar sus diferencias. Puedo deciros que muchos de ellos se han convertido al místico mundo del bambú: me han llamado con posterioridad para que les hiciera una caña o para que les aconsejara algún montador o para preguntarme dudas. Esto que suelo hacer es la excepción, más que la regla, de lo que nos encontramos a la orilla del río. No todo el mundo cede sus herramientas de trabajo y “nuestra” caña se ha convertido en un tótem sagrado. Muchas veces he propuesto llevarlas a alguna feria o demostración de pesca, para que la gente las vea y las lance, pero tengo que decir que hasta ahora no he tenido mucho éxito.


  Una cosa muy importante, al menos en mi opinión, es mantener un contacto cercano y directo con el fabricante de tu caña de bambú. Te podrá dar información del estado de la caña, consejo del tipo de acción, colores de los adornos, tipo de mango de corcho, posición del carrete, mejor número y tipo de línea a utilizar o explicarte el origen histórico del perfil y acción de la caña que tendrás en el futuro. Es decir, una plena inmersión en el mundo del bambú. No es que te quieran convertir en un “friki” del bambú como lo soy yo, sino quieren que termines amando el bello artilugio de pesca que te va a traspasar cuando finalice y te envie la caña. Quieren que les  recuerdes por las horas de dedicación y mimo que han dado a tu “tótem”. También debéis tener paciencia. Mucha paciencia. Las cañas desde que se solicitan hasta que las tienes en la mano pueden ser de 3 meses a 5 años, dependiendo de los fabricantes, del stock y del número de pedidos que tengan. Y tener claro que el orden nunca se cambia…si eres el 30, serás el 30 en ser construida. Nunca se os ocurra intentar convencer a un montador de cañas de vuestra urgencia. La entenderán  pero no la compartirán.


  Sobre el precio, me remito a las palabras de John Gierach en su libro “Fishing Bamboo”: una buena caña de bambú, nunca ha sido barata. Encontraremos cañas entre 750€ tirando por lo bajo hasta los 3000€ para cañas nuevas, estando la mayoría entre los 1000€ y los 2000€. Puede parecer caro, pero si sopesas el coste del trabajo (de 60 a 70  horas por caña), las partes mecanizadas a construir, los materiales usados, a veces difíciles de conseguir, y la amortización de los equipos y gastos intrínsecos de cualquier negocio, al fabricante artesano de cañas de bambú le quedan unas pírricas ganancias por hora de trabajo. No mucho para poderse mantener como artesano autónomo, sobre todo cuando necesitas reinvertir ciertas ganancias en el negocio. También es justo decir que no siempre debemos mirar el precio como el factor determinante de la calidad: hay cañas de precios más asequibles que son auténticas maravillas y te sorprenderían el poder de lanzado. Además el precio en el rango bajo-medio de las cañas de bambú es muy competitivo cuando lo comparamos con el precio que nos piden por las cañas de grafito de última generación o por el vadeador número uno del mercado. Un punto a tener en cuenta es la revalorización de este tipo de cañas. En el mercado de segunda mano, las cañas de fabricantes clásicos se llegan a cotizar hasta 10.000€. Como veréis, es una buena inversión.

  Sugiero que evites comprar cañas de eBay y algunas cañas de bambú hechas en China. Nos pueden dar gato por liebre, y en algunas compras de segunda mano, si no vas con un experto, tener cuidado porque pueden tener defectos que luego cueste mucho más subsanarlos. 


  Finalmente, utiliza internet a tu favor. Hay docenas de Webs con fabricantes americanos y europeos que están a tu disposición. Antes de hacer una petición de compra, echarlas un vistazo, y ¡ojo! con los impuestos de importación y costes de envío cuando las cañas vienen de allende del océano: lo precios se incrementarán un 30%.


  Dicho todo esto, me tenéis a vuestra disposición para resolveros todas las dudas que os surjan, sea por facebook, messenger, página web de bambú (http://www.truchaboo.com), o a través de mi blog.  

Buena suerte en vuestra búsqueda.

1 comentario:

  1. Ampliando la informacion, le comento que pescadores españoles han pescado a mosca con bambú desde que se comenzaron a fabricar en USA e Inglaterra. A principio de los 70 compre mi primera caña Pezon y Michel, con la que pesqué durante años hasta que empezaron a venderse las de grafito. Tuve la suete de conocer a otros pescadores que han sido mis amigos hasta la fecha, los que viven, que poseian fantasticas Hardys, conoci pescadores que pescaban con Leonard y otros cuyos abuelos pescaban con Payne. Yo solo poseo una Brunner y una Paul Young que tardaron un tiempo en hacernoslas. Mis amigos mas aficionados Brunner, Young, Wiston, Thomas y Thomas, Hardy, Pezon y Michel, Orvis. Nosotros hicimos la historia pero no habia internet, para contarla.

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