Os
informo que por fin he publicado mi primer libro de pesca. Hace un año, cuando inicié mi andadura en las
redes sociales con este blog y con mi personal aventura TruchaBoo (www.truchaboo.com), me propuse buscar tiempo, entre las
obligaciones del día a día y de la familia, para organizar las notas, apuntes,
artículos y manuscritos que había escrito durante más de veinte años de pesca a
mosca. El acumularlos ha sido un proceso largo y continuo, de muchos años, pero
muy placentero. Me gusta escribir. Ya desde pequeño, cuando un torrente de
palabras fluía en mi mente, buscaba papel y lápiz para plasmar en un folio aquellas
frases aisladas que expresaban mi pensamiento, sin orden ni concierto. El
objetivo era no perder ni un ápice de los mensajes que quería transmitir. Y tras
múltiples correcciones y cambios, algunos se convirtieron con posterioridad en
artículos de revista, y otros los
acumulé en una mohosa carpeta azul entre mis libros, con la etiqueta de
«futuribles».
En
general, con las nuevas tecnologías, la información de pesca está dispersa.
Ocurre algo parecido con la imagen y con el sonido: cuando necesitamos algo,
nunca lo encontramos (he pasado de manejar carpetas con 300 diapositivas, a
utilizar una base de datos con más de 2000 imágenes). Por ello creo que
unificar criterios y concentrar textos con un mismo fin, aporta valor añadido
al lector curioso e interesado, en estos avatares. Al mundo piscícola y sobre
todo al de la pesca a mosca, le falta cierta literatura de sillón que cuente
aventuras, sensaciones o vivencias del pescador de ribera o de mar, que nos
haga disfrutar de las anécdotas o desventuras de nuestro compañero cercano, y
que nos haga recapacitar un poco sobre las posibilidades futuras de nuestro
pasatiempo favorito. Deberíamos transmitir porqué somos, a mi parecer, los
primeros defensores del entorno y de la naturaleza en general. Tenemos la obligación
de explicar la suerte que tenemos de poder disfrutar de una lucha de tú a tú
con un pez, que lleva durante generaciones aprendiendo a evitar los engaños y a
los predadores, y poder devolver con vida a nuestros contrincantes, hasta el
siguiente lance. Y debemos enseñar a las
futuras generaciones, los más jóvenes, que somos la proa de la sostenibilidad
de nuestros ríos, campos y aldeas.
La
trastienda de un aprendiz de escritor es compleja, y tras una lucha titánica
con uno mismo y con el tiempo, surgen
novelas, ensayos o poemas, que evocarán al futuro lector, las pasiones,
aventuras o desamores del que escribe. Sin embargo, cuando el tema central es
la «pesca», al narrador le da la sensación de que esa labor va a ser un viaje a
ninguna parte. En mi caso, soy de los que pienso que en este mundo no hay
imposibles, sino sólo improbables. Y por ello me empeciné en seguir adelante
con este compendio de historias, reunidas en el libro que aquí os presento.
«A pie de río»
debería ser lectura no sólo para pescadores, sino también para toda esa gente
que es ajena a este deporte pero que se ve afectada de manera colateral por su
trascendencia: padres, hijos, parejas o amigos. Con las anécdotas y reflexiones
puestas en papel, podrán entendernos un poco más. La experiencia de escribir este
libro me ha enriquecido, y me ha transformado al tiempo que iba retocando los
textos. Además he conseguido combinar mis tres pasiones: la escritura, la
pesca, y la fotografía. En el interior del libro he apostado por incluir
imágenes en blanco y negro, porque proporcionan claridad en las formas,
profundidad de carácter y acción sin tiempo. Una apuesta arriesgada pero para
mí distintiva. En definitiva, este libro ha sido una experiencia vital que
complementa mi pasión por la pesca y sus peces, y que me adentra en nuevos
hábitos, fetiches y otros recursos para atraer a las musas del río.
Entrar,
comprar y leerlo. Luego ya me contaréis..
El
libro lo podéis adquirir en papel o como eBook. Os adjunto el enlace:
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